Consagración total a Jesús a través de María

Segunda Parte

El conocimiento de sí mismo

SEGUNDA PARTE:

(escuchar audio aquí)
Al entrar en esta etapa, ya sabemos el tamaño de “cola” que arrastramos, cuánto llevamos sobre nuestras espaldas, cuánto de lo mundano nos tiene atrapados. Entonces deberemos arrepentirnos de todos nuestros pecados, pues es de suponer que ya habremos tomado plena conciencia de nuestra condición pecadora y mezquina.

Lo importante, en todo caso, es recordar que no estamos solos en esta difícil prueba, pues ahí nos espera nuestra amadísima madre que quiere consolarnos. ¿Qué madre no escucha con amor a su hijo? Pues mucho más lo hará una madre ejemplar como María, la bienaventurada “Madre de las madres”.

Postrémonos a los pies del Señor pidiéndole a María que le haga llegar todas nuestras oraciones, nuestro arrepentimiento. Supliquémosle a Dios, a través de María, el perdón por todos nuestros pecados, nuestras ofensas y nuestras culpas.

Pidámosle un profundo y sincero deseo de renunciar a nuestra propia voluntad y de cambiar, pues como dice Tomás Kempis, “necesario es que tengas verdadero desprecio de ti mismo, si quieres vencer la carne y la sangre…porque aún te amas muy desordenadamente, por eso temes sujetarte a la voluntad de otros” (Imitación de Cristo, libro III, Cap. 13)

La entrega y el sólo deseo de tener un firme arrepentimiento, te mostrarán el estado al que quedaste, reducido por tus pecados. Jesús y María te permitirán ver entonces que, aunque “no hayas matado a nadie”, en verdad eres menos bueno de lo que creías.

Tenemos que estar convencidos de nuestras miserias, pues ese será el verdadero conocimiento de nosotros mismos. Deberemos analizar esos pecados recurrentes: esas mentiras “inofensivas”, esos ojos que no se cansan de ver, esa lengua que no para de hablar mal, esos pensamientos que nos alejan del Bien… Ese egoísmo que tiene tantas maneras de aflorar e impedirnos ser más solidarios con los que nos necesitan…

Junto a la Virgen, querido hermano, querida hermana, encontrarás la esperanza necesaria para no desesperar al verte sin maquillajes. A través de su inmenso amor, Ella te irá dando la luz para que te conozcas a ti mismo, para aceptar tus errores con la verdadera intención de superarlos y para aceptar la voluntad del Padre sin objeciones.

Se recomienda en esta segunda etapa leer con frecuencia (mucho más de una vez) el Evangelio de San Lucas, Capítulos 11; 13; 16; 17 y 18. Muy especialmente, los siguientes pasajes 11,1-10; 13,1-15; 16,1-18; 17,1-10; 18,15-30.

TEMA: EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO

En esta etapa, que en rigor es la “primera semana de preparación”, las oraciones, los exámenes de conciencia, las reflexiones, los actos de renuncia a nuestra propia voluntad, de arrepentimiento por nuestros pecados, y de desprecio propio, serán realizados todos a los pies de María, ya que por Ella esperamos obtener la luz para conocernos a nosotros mismos. Sólo junto a Ella, podremos medir el abismo de nuestras miserias sin desesperar.

Debemos emplear todas nuestras acciones piadosas para pedir un conocimiento propio y el arrepentimiento de nuestros pecados, y debemos hacer esto con un profundo espíritu de piedad.

Durante este período, consideraremos tanto la oposición que existe entre el Espíritu de Jesús y el nuestro, como el miserable y humillante estado al que nos han reducido nuestros pecados.

Además, siendo la verdadera devoción a María una manera fácil, corta, segura y perfecta para llegar a esa unión con Nuestro Señor, que es la perfección a la imitación de Cristo, entraremos decididamente por este camino, firmemente convencidos de nuestra miseria e incapacidad.

Pero, ¿cómo podríamos conseguir esto sin el verdadero conocimiento de nosotros mismos?

Durante la primera semana dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados, y todo lo harán con espíritu de humildad.

Podrán meditar lo que he dicho anteriormente sobre nuestro mal fondo y no se considerarán en los seis días de esta semana, más que como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes, animales inmundos; o bien meditarán estas tres palabras de San Bernardo: “Piensa lo que fuiste, semen pútrido; lo que eres, vaso de estiércol; lo que serás, cebo de gusanos…”

Rogarán a Nuestro Señor y al Espíritu Santo que les ilumine por estas palabras: Señor, que yo vea; Señor, que me conozca; ¡Ven Espíritu Santo!

Recurrirán a la Santísima Virgen, pidiéndole que interceda ante Dios nuestro Señor para que nos conceda esta gracia, que debe ser el fundamento de las otras. Para ello recitarán todos los días el “Salve Estrella del Mar”, y las letanías de la Santísima Virgen y del Espíritu Santo.

ORACIONES

Deben repetirse los doce días, después de la lectura y meditación del texto correspondiente a cada día.

Letanías al Espíritu Santo

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

 

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros

 

Trinidad Santa, un solo Dios, Óyenos
Espíritu que procede del Padre y del Hijo, Ilumínanos y santifícanos

Espíritu del Señor, que al comienzo de la Creación, planeando sobre las aguas las fecundaste, Ven a nosotros

 

Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas, Ven a nosotros
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas, Ven a nosotros 
Espíritu que das testimonio de Cristo, Ven a nosotros
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas, Ven a nosotros
Espíritu que sobreviene a María, Ven a nosotros
Espíritu del Señor que llena todo el orbe, Ven a nosotros
Espíritu de Dios que habita en nosotros, Ven a nosotros
Espíritu de sabiduría y de entendimiento, Ven a nosotros
Espíritu de consejo y de fortaleza, Ven a nosotros
Espíritu de ciencia y de piedad, Ven a nosotros
Espíritu de temor del Señor, Ven a nosotros
Espíritu de gracia y de misericordia, Ven a nosotros
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad, Ven a nosotros
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz, Ven a nosotros
Espíritu de humildad y de castidad, Ven a nosotros
Espíritu de benignidad y de mansedumbre, Ven a nosotros
Espíritu de multiforme gracia, Ven a nosotros
Espíritu que escrutas los secretos de Dios, Ven a nosotros
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables, Ven a nosotros
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma, Ven a nosotros
Espíritu en el cual renacemos, Ven a nosotros
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones, Ven a nosotros
Espíritu de adopción de los hijos de Dios, Ven a nosotros
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste, Ven a nosotros
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos, Ven a nosotros
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres, Ven a nosotros

 

Senos propicio, Perdónanos Señor
Senos propicio, Escúchanos Señor

 

De todo mal, Líbranos Señor
De todo pecado, Líbranos Señor
De tentaciones e insidias del demonio, Líbranos Señor
De la presunción y desesperación, Líbranos Señor
De la resistencia a la verdad conocida, Líbranos Señor
De la obstinación y de la impenitencia, Líbranos Señor
De la impureza de la mente y del cuerpo, Líbranos Señor
Del espíritu de fornicación, Líbranos Señor
De todo espíritu del mal, Líbranos Señor

 

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo, Te rogamos óyenos
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán, Te rogamos óyenos
Por tu advenimiento sobre los discípulos, Te rogamos óyenos
En el día del juicio, nosotros pecadores, Te rogamos óyenos
Para que así como vivimos del Espíritu, obremos también por Él, Te rogamos óyenos

Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos, Te rogamos óyenos

Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne, Te rogamos óyenos

Para que no te entristezcamos a Ti, Espíritu Santo de Dios, Te rogamos óyenos

Para que seamos solícitos en guardar la unidad del Espíritu, en el vínculo de la paz, Te rogamos óyenos

Para que no creamos a todo espíritu, Te rogamos óyenos
Para que probemos a los espíritus si son de Dios, Te rogamos óyenos
Para que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud, Te rogamos óyenos

Para que nos confirmes por Espíritu soberano, Te rogamos óyenos

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten misericordia de nosotros.

 

Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique clemente nuestros corazones, y nos preserve de todo mal. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Letanías de la Santísima Virgen

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros

 

Santa María, Ruega por nosotros 
Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros 
Santa Virgen de las vírgenes, Ruega por nosotros
Madre de Cristo, Ruega por nosotros
Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros
Madre de la Divina gracia, Ruega por nosotros
Madre Purísima, Ruega por nosotros
Madre Castísima, Ruega por nosotros
Madre inviolada, Ruega por nosotros
Madre Virgen, Ruega por nosotros
Madre Inmaculada, Ruega por nosotros
Madre amable, Ruega por nosotros
Madre admirable, Ruega por nosotros
Madre del buen consejo, Ruega por nosotros
Madre del Creador, Ruega por nosotros
Madre del Salvador, Ruega por nosotros

Virgen Prudentísima, Ruega por nosotros
Virgen digna de veneración, Ruega por nosotros
Virgen digna de alabanza, Ruega por nosotros
Virgen poderosa, Ruega por nosotros
Virgen clemente, Ruega por nosotros
Virgen fiel, Ruega por nosotros

Esclava del Señor, Ruega por nosotros
Espejo de justicia, Ruega por nosotros
Trono de sabiduría, Ruega por nosotros
Causa de nuestra alegría, Ruega por nosotros
Vaso espiritual, Ruega por nosotros
Vaso honorable, Ruega por nosotros
Vaso insigne de devoción, Ruega por nosotros
Rosa Mística, Ruega por nosotros
Torre de David, Ruega por nosotros
Torre de marfil, Ruega por nosotros
Casa de oro, Ruega por nosotros
Arca de la alianza, Ruega por nosotros
Puerta del cielo, Ruega por nosotros
Estrella de la mañana, Ruega por nosotros
Salud de los enfermos, Ruega por nosotros
Refugio de los pecadores, Ruega por nosotros
Consoladora de los afligidos, Ruega por nosotros
Auxilio de los cristianos, Ruega por nosotros

Reina de los ángeles, Ruega por nosotros
Reina de los patriarcas, Ruega por nosotros
Reina de los profetas, Ruega por nosotros
Reina de los apóstoles, Ruega por nosotros
Reina de los mártires, Ruega por nosotros
Reina de los confesores, Ruega por nosotros
Reina de las vírgenes, Ruega por nosotros
Reina de todos los santos, Ruega por nosotros
Reina concebida sin mancha original, Ruega por nosotros
Reina asunta a los cielos, Ruega por nosotros
Reina del Santísimo Rosario, Ruega por nosotros
Reina de la paz. Ruega por nosotros

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten misericordia de nosotros

 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de la salud de alma y cuerpo; y por la intercesión gloriosa de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo, y concédenos las alegrías del cielo.

Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.

Salve Estrella del Mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

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